De nuevo una historia en la que Poirot ni pincha ni corta hasta que hay que resolver el misterio al final del libro, y casi sobre un escenario para poder presumir de células grises.
Una fiesta en la casa del acantilado reúne a un pequeño grupo de amigos y conocidos. Ninguno podría imaginar que el vicario fallecería repentinamente, y ninguno pensaría que se trataba de un asesinato hasta verse reunidos de nuevo en otra fiesta y comprobar que su anfitrión, esta vez el doctor, había corrido la misma suerte.
La trama es bastante diferente, y distendida, a las que nos tiene acostumbrados la reina del crimen con Monsieur Poirot, y es que en más de una ocasión me ha recordado a los cozy crimes de Miss Marple y sus vecinos.
También diré que de los libros que llevo leídos hasta ahora de la señora Christie Tragedia en tres actos tiene la mejor adaptación en la pequeña pantalla. Está tan bien narrado e hilado que me ha hecho dudar hasta el final si todo sería como lo recordaba.
Después de la decepción que me llevé con Cita con la muerte esta novela era necesaria, aunque no se lleva más estrellas por el romance absurdo que hay tras toda la trama de los asesinatos y por la ausencia de nuestro bigotudo detective.
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Título: Tragedia en tres actos
Título original: Appointment with Death
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